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Terapia Cognitivo- Conductual (TCC)

La Terapia Cognitivo- Conductual (TCC) unifica técnicas provenientes de la escuela conductista y cognitiva, abriendo el abanico de técnicas con las que hacer frente a una gran cantidad de problemas. Sin embargo, la TCC no es una mera fusión de dos corrientes psicológicas, es mucho más.

Parte de tres componentes destacados, pensamientos, emociones y conducta, los cuales están profundamente vinculados de manera bidireccional; por ello, cualquier variación en alguno de estos elementos incidirá sobre los demás produciendo un cambio en la secuencia.

Aquí se muestra, de manera simplificada, la secuencia que sigue, con el objetivo de poder entender lo que sucede y por ende el trabajo a realizar desde la TCC.

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Entender la manera de pensar sobre uno mismo, sobre el resto de personas y sobre el mundo, y cómo lo que uno hace afecta a sus pensamientos y sentimientos, es la base. Cambiando cómo piensa (cognición) y cómo actúa (conducta), podremos conseguir que la persona se sienta mejor.

 

¿Cómo se lleva a cabo esta terapia?

Será necesario obtener primeramente la base sobre la que poder trabajar, y para ello se pedirá llevar a cabo un registro diario donde anotar los patrones de pensamientos, emociones, sensaciones corporales y comportamientos.

De esta manera, aprenderás a identificar dichos patrones, que serán analizados de manera conjunta con el psicólogo con el objetivo de determinar si son realistas o no, ver la manera en la que pensamiento, emoción y conducta se afectan entre sí y descubrir cómo ello repercute en ti.

 

Todo con el objetivo de modificar aquellos patrones de pensamiento que están en la base de nuestro malestar, que nos limitan y nos impiden ser capaces de cuestionar nuestro pensamiento crítico y reemplazarlo por otro más realista.. Para ello se emplearán técnicas como la reestructuración cognitiva, el entrenamiento en relajación y técnicas de afrontamiento del estrés o de exposición.

¿Cuáles son los principales objetivos de la Terapia Cognitivo Conductual?

Uno de los principales objetivos marcados desde la terapia cognitiva conductual es ayudar a la persona a solucionar el problema específico que le ha llevado a la consulta y prevenir su reaparición. De hecho, si algo caracteriza a la TCC es que se centra en las emociones y pensamientos que manifiesta la persona en el presente inmediato. Sin embargo, en ocasiones será necesario profundizar en el pasado para comprender de dónde provienen los patrones de pensamientos disfuncionales.

La terapia cognitivo conductual adopta un enfoque más directivo y psicoeducativo, ya que el psicólogo utiliza pautas específicas y experiencias estructuradas de aprendizaje para enseñar al paciente. Esto no quiere decir que el psicólogo asuma todo el peso, puesto que el compromiso del paciente será primordial para generar el cambio.

El objetivo final es cambiar los pensamientos poco adaptativos o disfuncionales que están en la base de la problemática y que contribuyen a mantenerla. Para ello, es fundamental que el paciente sea consciente de los pensamientos e imágenes que condicionan negativamente sus emociones y comportamientos para que después logre reemplazarlos con ideas más realistas y adecuadas que den lugar a un cambio estable.

 

¿Qué problemas se suelen abordar con la terapia cognitiva conductual?

La terapia cognitiva conductual se puede aplicar para tratar una amplia gama de trastornos y problemas. Se utiliza a menudo para enfrentar los trastornos de ansiedad, la depresión, el trastorno obsesivo compulsivo, los ataques de pánico, las fobias, el estrés post-traumático, las adicciones y los trastornos del comportamiento alimentario, como la bulimia y la anorexia.

También se aplica con excelentes resultados para ayudar a las personas a superar el duelo y la ruptura de pareja. Además, se utiliza en los programas de manejo de la ira y es un enfoque muy útil para enseñar a las personas a afrontar las situaciones de estrés, solucionar las dificultades en sus relaciones interpersonales, mejorar su autoestima y tomar decisiones trascendentes.

En sentido general, esta terapia es apropiada para aquellas personas que quieren solucionar un problema específico y necesitan la guía estructurada que le ofrece el psicólogo. En caso contrario no será la técnica más adecuada.

Habitualmente, esta corriente la complemento con otro tipo de enfoques y técnicas, ya que abogo por una intervención ecléctica con la que enriquecer la terapia, aprovechando las ventajas que cada uno puede ofrecer y disponiendo de los diferentes recursos que tienen para aportar.

Es de sobra conocida la importancia y eficacia en el tratamiento de numerosos problemas psicológicos de la Terapia Cognitivo-Conductual. Sin embargo, no me ciño a su uso exclusivo, ya que mi experiencia me dice que se perderían aspectos importantes si únicamente me centro en atender los pensamientos y las conductas que se dan en el presente. Trabajar con las emociones, descubrir la raíz del problema que el paciente trae a consulta y establecerla como punto de partida, será necesario puesto que habitualmente es lo que sostiene los problemas presentes.

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