


Quién soy

Cristina Romera
Si echo la vista atrás y pienso en qué momento decidí a lo que querría dedicarme en mi vida, señalaría la edad de 12 años como el inicio de mi pasión por la psicología. Aún era una niña, pero ya por aquel entonces lo tuve claro. Necesitaba ayudar a los demás, y nada me parecía más fascinante que la mente humana. La sola idea de poder ayudar a alguien despertaba en mí una gran emoción.
Después de muchos años imaginando cómo sería dedicarme a ello puedo decir que es aún mejor de lo que soñé. He descubierto matices que por aquel entonces ni siquiera imaginé. La complicidad y el grado de unión que alcanzas con las personas, ese vínculo que te empuja a dar lo mejor de ti, la emoción de ser testigo de sus avances, comprender la repercusión de sus mejoras y la satisfacción de vuelvan a sentirse ellos mismos.
Desde que me embarqué en esta maravillosa profesión no he perdido esas ganas de seguir aprendiendo cada día, y puedo decir a día de hoy que esa emoción que sentía al principio la sigo experimentando cada vez que una de las personas que se sienta frente a mi emprende en solitario el camino que iniciamos juntos. Y me siento afortunada por ello.
La psicología me ha ayudado a adquirir un conocimiento más profundo y real de quién soy, dotándome de herramientas que me han permitido adaptarme mejor a situaciones difíciles de mi vida, minimizando con ello el impacto, y a interiorizar lo importante de cada técnica y de la constancia al aplicarlas. Todo lo que transmito en consulta me lo aplico a mí, porque no hay mejor manera de creer en lo que haces que comprobándolo en primera persona.
Soy una profesional comprometida con el proceso de cambio y crecimiento de las personas, con la meta puesta en ayudarles a adquirir aquellas herramientas necesarias para hacer frente a situaciones vitales futuras, adaptándome en todo momento a los tiempos y necesidades de cada una de ellas. Me caracterizo por ser una persona empática, que respeta y acepta a las personas por encima de todo y que pone el corazón en cada una de las cosas que hace.
Siento un gran respeto por cada una de las personas que acuden a consulta en busca de ayuda. Depositan en mí su confianza en un momento delicado de sus vidas. Por eso, que se sientan arropadas y comprendidas es un objetivo de vital importancia para mí, creando para ello un entorno de confianza en el que la persona se sienta totalmente libre de compartir conmigo sus miedos y preocupaciones.
Soy consciente de que pedir ayuda e iniciar un proceso terapéutico es un acto de inteligencia y valentía. Supone reconocer aspectos en tu vida que no están bien, dejando en manos de una profesional tus preocupaciones e inquietudes, y depositando tu bienestar en ella. Por eso, si te encuentras en una situación que te está generando malestar, interfiriendo en tu bienestar y calidad de vida, y no eres capaz de resolverla por ti mismo/a, no dudes en ponerte en contacto conmigo y lo trabajaremos juntos.