Sentarse en este sillón no es fácil. Implica entrar en contacto con tus miedos y dudas, con emociones que te pueden resultar desagradables… y a todo eso, añadir el tener que descubrirte ante alguien al que acabas de conocer en un momento de tu vida en el que te sientes muy vulnerable.

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Cuando te sientas en este sillón estás depositando tu confianza en el proceso terapéutico, en el psicólogo, a pesar de tus posibles dudas y miedos. Y esa incertidumbre, esos miedos, puede que te acompañen durante cierto tiempo. Sin embargo, también tendrás la sensación de que ya no habrás de enfrentarte a todo ello solo, que hay una persona sentada frente a ti que te va a acompañar en ese proceso e irá a tu lado.

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Cuando te sientas en este sillón, puedes venir con tu puzzle a medio hacer, con él prácticamente completo pero sin saber cómo terminarlo, con todas las piezas revueltas o perfectamente guardadas en su caja, sin saber por dónde empezar a armarlo, o con un puzzle al que parece que le faltan piezas… Las opciones pueden ser muy variadas. Sin embargo, la persona que te mira y está sentada frente a ti se encargará de arrojar luz sobre este puzzle, ante el cual te encuentras, para conocer y descubrir qué te frena a la hora de completarlo. Da igual su tamaño y complejidad, porque todos en algún momento podemos desconocer por qué pieza empezar.

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Cuando te sientas en este sillón estás dando muestra de una gran valentía y realizando un acto de amor hacia ti mismo.

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Cuando te sientas en este sillón… EMPIEZA TU CAMBIO.